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Descubriendo un poco de historia sobre el Hotel Las Clementinas

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El Hotel Las Clementinas inaugurado en 2010 fue uno de los primeros hoteles en ser restaurado y abierto en el Casco Viejo. Ubicado en la Avenida B y la Calle 11, el edificio es mejor conocido por su impresionante arquitectura con 6 apartamentos completos, 3 suites tipo estudio, un patio hundido encantado, un exuberante jardín secreto y un patio en la azotea con increíbles vistas de la ciudad y el océano.

La estructura del Hotel Las Clementinas fue construida en la década de 1930 sobre un segmento de la muralla de la ciudad colonial de 1673, por una mujer llamada Clementina Hererra. Clementina era inusual para su época: un espíritu libre que rápidamente ganó notoriedad por ser una de las primeras mujeres panameñas en usar pantalones. Ella sola se abrió camino hacia la riqueza y la independencia.

Era el cambio del siglo XIX, el auge económico que supuso la construcción del Ferrocarril de Panamá, la fiebre del oro y la perspectiva de un canal llenaron la ciudad de llegadas en busca de fortuna en el Istmo. La afluencia de riqueza abrió un mercado rentable para los servicios financieros y en aquellos días las casas de empeño eran el equivalente a los bancos modernos.

La ciudad estaba bulliciosa y Clementina Herrera vio su oportunidad, así que se dispuso y abrió su propia casa de empeño, adquiriendo la propiedad ubicada estratégicamente en una de las calles más concurridas de Panamá. Un buen negocio atrae la competencia y, muy pronto, el edificio contiguo al suyo fue comprado por el Sr. Jaén, quien también estableció una casa de empeño de alto nivel.

Clementina y su vecino el Sr. Jaén se llevaban tan bien que tuvieron un hijo juntos, llamado Clementina Jaén Herrera. La pequeña Clementina pasó un tiempo en ambos hogares y al llegar a la mayoría de edad fue enviada a Francia para recibir una educación formal.

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Clementina regresó a Panamá cuando la Segunda Guerra Mundial se cernía sobre Europa, heredó las propiedades de sus padres y se sintió como en casa. Tenía un gusto peculiar por todas las cosas importadas, rodeándose de tesoros que ordenaba de todo el mundo: baldosas pintadas a mano, piezas de arte, muebles, artefactos de iluminación intrincados. Clementina no se casó ni tuvo hijos. En cambio, abrió su hogar a artistas, intelectuales y mujeres que buscaban un lugar seguro en el que disfrutar de un poco de libertad. Se convirtió en la tía mala del pueblo y aún hoy en día hay mujeres que recuerdan haber tomado su primer trago o cigarro en la intimidad de la casa de Clementina.

Aunque hay una fotografía de Clementina en su vejez, no hay mejor evidencia de su ingenio y carácter que sus últimos deseos: a su muerte dejó todas sus posesiones terrenales a la iglesia católica. Cadillac incluido.

Las Clementinas el edificio había estado abandonado durante muchos años y solo había una vaga idea de lo maravillosa que era una propiedad. Sabían un poco de la historia, pero no fue hasta que limpiaron décadas de escombros que realmente entendimos que el edificio que construyó Doña Clementina Jaén en la década de 1930 (diseñado por el arquitecto Leonardo Villanueva Meyer) era una de las obras maestras de Casco. La mayor parte de los acabados históricos fueron recuperados durante la renovación. La madera utilizada en pisos, puertas y muebles se recuperó del fondo del lago Gatún que se inundó durante la construcción del Canal de Panamá. Además de su belleza arquitectónica, también reflejó un estilo de vida, una forma de vivir dentro de una comunidad muy diversa y construyendo una nueva cultura en el camino. Creemos que el Casco hoy tiene el espíritu que Mama Clemen había construido en su pequeño imperio.

Las Clementinas, si bien está ubicado cerca de todos los restaurantes y atracciones, también da una idea de cómo es vivir en este vecindario tan ecléctico.

Fundado en 1673, el casco antiguo, o Casco Antiguo, como se le conoce oficialmente, fue testigo de gran parte de los momentos históricos más importantes de la historia de Panamá. Y aunque nuestra ciudad ha cambiado mucho, especialmente en los últimos 50 años, las 30 hectáreas originales del Casco Antiguo aún conservan intacto el trazado original de las calles. Es por esto que en 1997 nuestro Casco fue incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

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